¿Sabíais que existe relación entre los colores y la personalidad? Seguro que sí, es por eso que hoy queremos tener en cuenta esta conexión a la hora de decorar nuestro hogar.
A la hora de escoger los tonos de color con los que revestiremos nuestras paredes, debemos tener en cuenta la luminosidad del ambiente y también la funcionalidad del espacio.
Sabemos que en estancias de dimensiones reducidas o con poca iluminación no es aconsejable poner tonos oscuros, pero ¿tenemos en cuenta nuestra personalidad?
Así por ejemplo, si somos personas nerviosas o muy activas, no es aconsejable utilizar en nuestras paredes colores muy vivos o chillones, como los rojos, naranjas o amarillos, sino más bien colores armoniosos más suaves o neutrales. Deben ser colores que transmitan serenidad y tranquilidad como pudieran ser los azules o colores más pastel.
Por el contrario, si somos personas poco activas y con tendencia a la melancolía, debemos revestir nuestras paredes de tonos cálidos y con mucha luminosidad, evitando por completo los colores grises y oscuros. Los colores adecuados serían los tonos salmón o verdes suaves.
Asimismo, tened en cuenta que en habitaciones matrimoniales los colores deben ser tonos pastel y colores cálidos, como los rosas pálidos, melocotón o salmón, ya que se ha demostrado que los colores fríos traen desavenencias en un entorno íntimo.
A la hora de escoger los tonos de color con los que revestiremos nuestras paredes, debemos tener en cuenta la luminosidad del ambiente y también la funcionalidad del espacio.
Sabemos que en estancias de dimensiones reducidas o con poca iluminación no es aconsejable poner tonos oscuros, pero ¿tenemos en cuenta nuestra personalidad?
Así por ejemplo, si somos personas nerviosas o muy activas, no es aconsejable utilizar en nuestras paredes colores muy vivos o chillones, como los rojos, naranjas o amarillos, sino más bien colores armoniosos más suaves o neutrales. Deben ser colores que transmitan serenidad y tranquilidad como pudieran ser los azules o colores más pastel.
Por el contrario, si somos personas poco activas y con tendencia a la melancolía, debemos revestir nuestras paredes de tonos cálidos y con mucha luminosidad, evitando por completo los colores grises y oscuros. Los colores adecuados serían los tonos salmón o verdes suaves.
Asimismo, tened en cuenta que en habitaciones matrimoniales los colores deben ser tonos pastel y colores cálidos, como los rosas pálidos, melocotón o salmón, ya que se ha demostrado que los colores fríos traen desavenencias en un entorno íntimo.
Los colores y la personalidad